![](https://image.jimcdn.com/app/cms/image/transf/dimension=210x1024:format=jpg/path/sf07cec508c21e427/image/i69114cf41c0654ea/version/1330941917/image.jpg)
"Uno no debe adaptarse al cambio, sino crearlo."
Jorge González Moore
Las empresas, los espacios de ocio, las reuniones con amigos y familia se han convertido en "vertederos de quejas".
La queja es un elemento recurrente en las conversaciones que mantenemos con otros e incluso en nuestros propios diálogos internos.
Nos quejamos de todo, del calor, del frío, del trabajo, del desempleo, de la compañía, de la soledad...
Realmente, ¿sirve para algo tanta queja?
Sinceramente creo que no, o al menos no para resolver nuestro desacuerdo o malestar.
Si algo no te gusta, atrévete a cambiarlo o crea las circunstancias para que se pueda cambiar. Si no puedes hacerlo, cambia tu actitud. No te quejes, ya que la queja es improductiva.
Empieza a ser hora que asumamos nuestra responsabilidad personal. En esto consiste nuestro propio liderazgo.
CAMBIA LA FORMA DE VER LAS COSAS, Y LAS COSAS CAMBIARÁN DE FORMA.
En muchas ocasiones, estamos atascados en la queja porque resulta más sencillo. Iniciar un proceso de cambio conlleva aceptación, en ocasiones renuncias y un desgaste personal que a veces nos produce pereza e incluso miedo de afrontar. Somos capaces de seguir instalados en la famosa "zona de confort", aunque realmente sea de disconfort.
El miedo suele ser el principal agente bloqueador del cambio.
Debemos por tanto, abandonar la queja, fijar nuestro objetivo vital o profesional, definir bien los pasos a seguir y trabajar cada día en la consecución de pequeños logros que nos levarán a la meta. Identificar nuestros miedos, nos ayudará a tenerlos controlados cuando intenten sabotear nuestro objetivo.
"El mundo odia el cambio, sin embargo, es lo único que ha traído el progreso."
Charles Kettering
Escribir comentario