Cuando era pequeña recuerdo que mi padre decía una frase: “el miedo es libre”. En aquel entonces ni me preocupaba el miedo, ni me cuestionaba el por qué, ni el para qué servía esa expresión ni siquiera cuál era su significado.
Hace unos días, a raíz de una intervención de una catarata en mi ojo izquierdo recordé esa expresión. Aunque todo el mundo decía que era una intervención sencilla, sin importancia y que no debía tener miedo, yo tenía miedo. Me había sometido a intervenciones mucho más complejas de forma valiente y sin embargo, ésta me daba miedo. ¿Cómo era posible que los demás no entendieran mi miedo?
¿A qué se refería mi padre con que el miedo era libre? Hubiera podido preguntarle directamente a él, pero mi condición de coach me animo a explorar sobre para qué me servía esta frase justamente en este momento. Y la verdad es que en la reflexión sobre la frase encontré mis propias respuestas que me apetece compartir con vosotros.
El miedo es libre en la medida que es una emoción básica. No elegimos cuando va a presentarse. Emerge y se hace presente en nuestra vida, sin tener que dar más argumentos, ni explicaciones. Por tanto debía aceptar este miedo. ¿Pero qué más podía hacer?
El siguiente paso fue identificar exactamente qué era realmente lo que me daba miedo.
Con frecuencia nos perdemos en miedos ambiguos y en suposiciones que nunca pasarán, derrochando energía inutilmente. ¿Era la intervención lo que me daba miedo? Pronto descubrí que tenía dos miedos: por un lado el que me moviera durante la intervención y ocurriera una desgracia en mi ojo y por otro las consecuencias prácticas post-quirúrgicas, es decir, cómo impactaría en mi vida cotidiana.
Identificar y concretar cuáles eran mis miedos me sirvió para poder buscar soluciones concretas a ambas cosas haciendo que estos desaparecieran.
A modo de conclusiones comparto mis descubrimientos:
Cada uno tiene sus propios miedos; el miedo es libre.
- La aceptación es mejor que la resistencia o negación ya que te permite actuar sobre ello.
- Identificar específicamente qué es lo que nos da miedo permite definir estrategias para afrontarlo.
- Actuar para regularlo y/o eliminarlo.
Y para finalizar, valorar la experiencia una vez vivida, tomando nota de los aprendizajes adquiridos.
Y tú, ¿a qué tienes miedo? Te invito a que reflexiones sobre ello.
“Por una vida con sentido”.