La empatía no existe

 

 

Me imagino que después de leer el título debes estar pensando, ¿qué dice esta mujer? ¿pero si en todos los manuales de desarrollo personal se habla de empatía?. Es más, se insiste en la importancia de la empatía para mejorar las relaciones interpersonales.

 

Pero, ¿qué es la empatía? 

 

Podríamos definir la empatía como la capacidad que tenemos en ponernos en lugar del otro, manteniendo nuestra posición. Es la habilidad para hacer una lectura emocional de lo que siente la otra persona.

 

A simple vista en negro sobre blanco, sobre el papel, parece sencillo pero cuando pasamos a la práctica la cosa se complica...

 

¿Cómo puedo ponerme en el lugar de un refugiado y sentir lo que siente si nunca afortunadamente hasta hoy he pasado hambre, ni he estado sin techo, ni he perdido mis pertenencias, ni me he alejado de mi familia...etc?

 

Puedes imaginarlo pero no lo has vivido.

 

¿Cómo puedo ponerme en el lugar de aquella medallista olímpica que en el útlimo segundo ha perdido la oportunidad de volver a conseguir una medalla después de 4 años de entreno diario?

 

Puedes imaginarlo pero no lo has vivido.

 

¿Cómo puede mi  amiga sentir lo que significa ser madre si nunca lo ha sido?

 

Puede imaginarlo pero no lo ha vivido.

 

Hablando con propiedad me atrevería a decir que cuando hablamos de empatía deberíamos hablar en realidad de ACTITUD EMPÁTICA, entendiéndola como esa disposición de la persona a despojarse de su realidad y sumergirse en la del otro, sabiendo que es una aproximación. El “me pongo en tu lugar” en realidad no es real, porque te pones en su lugar pero desde tu realidad, no realmente desde la de la otra persona.

 

Mi amiga Gemma Sabaté en uno de sus talleres hacía un ejercicio muy significativo. Hacía que los asistentes se descalzaran y se pusieran los zapatos de la persona que tenían al lado y empezaran a andar.

 

¿Qué sucedía?

 

Andar con zapatos propios, de tu número, elegidos por ti es sencillo, pero andar con zapatos de otro te supone una incomodidad: te van grandes, o pequeños, son altos o demasiado bajos, te aprietan o te van demasiado holgados,...

 

Volviendo a la terminología del desarrollo personal podemos decir que vivir con el mapa de otra persona resulta una tarea muy costosa.

 

Por tanto, atención cuando hablamos de empatía. Entrenar una actitud empática facilita visitar y transitar por pseudoexperiencias que te acercan a otras realidades, pero no nos confundamos, no es nuestra realidad.

 

Practiquemos la actitud empática para desarrollar esa capacidad de viajar a otros mapas.

 

Te invito a que reflexiones sobre ello y a que compartas tu opinión si te apetece.

 

Muchas gracias por leerme.

 

 

 

 

“Por una vida con sentido”.