La empatía no existe (II)

 

 

Este post lo escribo a petición de una de mis lectoras que me preguntaba sobre:

¿Cómo se practica la actitud empática? 

 

Empiezo por confesar que “nadie dijo que fuera fácil”. Se requiere una conciencia despierta y una buena gestión emocional, que son dos ingredientes complejos de llevar a la práctica.

 

No soy muy amante de dar recetas, prefiero que cada uno descubra las suyas, pero como se trata de una petición concreta, os propongo algunas ideas/reflexiones que me sirven a mi para practicar la actitud empática.

 

El mapa no es el territorio. 

 

Seguro que has oido más de una vez esta expresión. Pero, ¿qué significa exactamente? 

 

Expresado con palabras sencillas y claras esta frase nos dice que cada uno hacemos una interpretación de las situaciones/realidades (Territorio) en función de nuestros pensamientos/emociones/experiencias (Mapa). 

 

Por tanto, nuestra interpretación, el mapa, sólo es eso, una interpretación de lo que en realidad es el territorio. Existen tantos mapas como personas, ya que cada uno de nosotros es único. Con sus vivencias, pensamientos, creencias, valores, etc que condicionan la interpretación de la realidad. 

 

Empatizamos más con aquellas personas que tienen mapas más parecidos a los nuestros, como es lógico.

 

Pero, ¿qué ocurre cuando tenemos que empatizar con alguien que tiene un mapa muy distinto al nuestro?

 

Ahí está el verdadero reto, de lo que significa tener una actitud empática. Ya que deberemos abandonar nuestro mapa y hacer el esfuerzo de reseguir el mapa trazado por la otra persona. Y ahí chocamos con creencias, valores, experiencias, culturas,...

 

Cuando aceptas con conciencia que existen diferentes maneras de ver una misma realidad, te predispones a admitir que tu visión sólo es una, y esto abre el abanico de posibilidades a las otras visiones.

 

Tener la razón.

 

En ocasiones nos apegamos a querer tener razón en algo como si nos fuera la vida. ¿Para que sirve tener razón? ¿Qué sucede si no tengo la razón en este tema? ¿Cómo sería si la razón la tuviera la otra persona? ¿Qué parte de razón tenemos cada uno de nosotros? ¿Qué le lleva al otro/a a pensar así? 

 

Cuando nos desapegamos de tener razón se produce una apertura en nuestra forma de ver las cosas que nos permite contemplar diferentes opciones.



Tomar distancia

 

Tomar distancia de una situación permite captar nuevas perspectivas. 

Acércate a la posición de la otra persona sin juzgar, simplemente como si estuvieras explorando un nuevo territorio y déjate sentir. A mi me ayuda acercarme pensando ¿qué diría un niño pequeño sobre esta situación?

 

Dormir emociones fuertes

 

En ocasiones para poder tener una actitud empática es necesario que pase un tiempo, que se regulen emociones de alto voltaje y después acercarse a la otra posición. Hay una frase que me ayuda: Déjalo dormir y mañana, acércate para pensarlo y sentirlo.

 

 ¿Qué necesita?

 

Finalmente, en estas situaciones me formulo una pregunta que personalmente me ayuda a entrenar la actitud empática, ¿qué necesita esa persona? 

Esta cuestión me hace salir de posición y situarme en la de la otra persona con una mirada más amplia.

 

 

Te invito a que reflexiones sobre ello y a que compartas tu opinión si te apetece.

 

Muchas gracias por leerme.

 

 

 

 

“Por una vida con sentido”.