El ventilador y los filtros

 

 

Me imagino que si me lees con frecuencia estarás un tanto extrañado sobre el título de este post. Así que en primer lugar quiero animarte a seguir leyendo para calmar tu curiosidad y comprender el qué me ha llevado a ponerle este título a esta reflexión.

 

 

¿Qué es un ventilador?

 

 

 

 

Podríamos convenir que un ventilador es una máquina que sirve para agitar o mover aire o gas. Básicamente crea una corriente de aire mediante el movimiento de sus aspas. Sirve para desplazar aire o gas de un lugar a otro, dentro o entre espacios, con motivos industriales o uso residencial, para ventilar o aumentar la circulación de aire en un espacio habitado, básicamente para refrescar.

 

 

¿Y qué tiene que ver el ventilador con el crecimiento personal y el coaching?

 

 

Últimamente estamos viviendo una serie de hechos en nuestro país que me ha hecho pensar en cómo usamos “nuestro ventilador personal”, metafóricamente hablando, en la difusión de ideas, rumores, mentiras, suposiciones, emociones...

 

 

Cada día observo a personas que aprovechando cualquier oportunidad ponen en marcha su ventilador personal.

 

 

Y me pregunto: ¿para qué lo hacen? ¿qué impacto persiguen? ¿qué quieren agitar o mover? ¿qué importancia tiene lo que ponen delante del ventilador?

 

 

Pero demos un paso más: ¿Qué sucede si pones una “porquería” delante del ventilador? 

 

Sólo pensarlo ya me produce bastante asco, la verdad....ya que esa porquería se expande por toda la estancia. Pues ésto es lo que está sucediendo a diario en televisiones, redes sociales, prensa, conversaciones, etc.

 

 

Pero hay una gran diferencia con respecto al ventilador que explicaba al principio del artículo. Aquel sirve para refrescar, mientras este último sólo sirve para caldear.

 

 

Llegado a este punto, creo que es el momento de hablar de Sócrates (uno de los pioneros del coaching) y de la aplicación de sus tres filtros: verdad, bondad y utilidad.

 

 

Para ello te voy a contar qué le sucedió a Sócrates con un conocido que se le acercó:

 

- ¿Sabes lo que he oído sobre tu amigo?-

 

Sócrates le replicó: - Antes de que me cuentes nada me gustaría que pasaras una pequeña prueba: la llamo la prueba del triple filtro. Antes de que me hables sobre mi amigo, me gustaría filtrar tres veces lo que vas a decir. El primer filtro es LA VERDAD. ¿Estás absolutamente seguro de que lo me vas a contar es cierto?

 

- No, pero la persona que me lo ha contado…

 

- Bien- dijo Sócrates. - Por lo tanto no estás seguro de si es cierto o no. Apliquemos ahora el segundo filtro: LA BONDAD. ¿Lo que me vas a contar sobre mi amigo es bueno?

 

- No. Es más, se trata de algo que…

 

- Entonces quieres contarme algo malo sobre mi amigo pero no estás seguro de que sea cierto. El tercer filtro es LA UTILIDAD. ¿Me servirá de algo lo que vas a contarme sobre mi amigo?

 

- No. La verdad es que no.

 

- Entonces- concluyó Sócrates- si lo que deseas decirme no es cierto, ni bueno, e incluso no es útil, ¿para qué querría saberlo?

 

 

Así que te invito a que reflexiones sobre cuándo, con quién, dónde, sobre qué/ o quién enciendes “tu ventilador” y que compartas tu opinión si te apetece.

 

Somos responsables de encender o no el ventilador y de pasar lo que vamos a difundir por los 3 filtros. 

 

 

Muchas gracias por leerme.

 

 

 

 

“Por una vida con sentido”.