Creemos que no existe la competencia

 

 

Ser coach no sólo es una profesión sino una actitud vital y para tener credibilidad en una sociedad como la actual es necesario ser coherente con lo que piensas, sientes, dices y sobretodo haces. Dicho en otras palabras “predicar con el ejemplo”.

 

Es por todos sabido que estamos en un momento en el que existen muchos coaches en el mercado, sin embargo, esto lejos de ser una amenaza se convierte en una gran oportunidad cuando tu formación, visión, misión y valores están alineados. 

 

“¿Ana y tú sois competencia? Las dos tenéis programas para formar a coaches, nos comentan algunas personas sorprendidas porque conocen nuestra relación profesional y amistad. https://www.anamerlino.com/ser-coach/

 

Cuando me comentan esto siempre esbozo una sonrisa, pienso en Ana, y me alegro de haber “cambiado el paradigma” (que de eso va el coaching) y haber sido capaces de crear un modelo de relación de cooperación, transparencia, confianza y win-win.

 

Nosotras no competimos, nosotras colaboramos, compartimos, crecemos juntas y nos “coacheamos” mutuamente para ofrecer a nuestros clientes la mejor versión de nosotras mismas. Nuestra relación está basada en el respeto mútuo y la admiración. 

 

Algún día nos despedimos de nuestros “egos” porque en una relación sana no caben, no son necesarios, no tienen espacio. No tenemos que demostrar nada, porque ambas sabemos quién somos, cómo somos y cómo trabajamos.

 

¿Crees que se puede coachear a cuatro manos? Pues sí, Ana y yo lo experimentamos con una cliente que nos lo pidió y fue un proceso mágico, en la que ambas vivimos momentos de sincronía, momentos de aprendizaje, siempre desde la humildad. Nuestra coachée quedó fascinada de su progreso y en más de una ocasión nos dijo que parecíamos una única persona.

 

Ella fue mi maestra y siempre lo será. “El maestro aparece cuando el aprendiz está preparado”.

 

¡Gracias Ana!

 

 

Juntas trabajamos para que las personas vivan una vida con sentido.